Cómo hacer una camisa estilo Rockabilly

Estas fiestas que han pasado de Semana Santa me han parecido segundos, llevo días queriendo escribir en el blog pero realmente me ha sido imposible.

Hace unos días arreglando un armario encontré una camisa vaquera de las que se llevaban en la época de mi juventud, sí, la típica camisa súper ancha de mangas y bastante por lo general ancha por todos los lados. La camisa me trajo tantos recuerdos que decidí darle una segund vida. La verdad que si encima eres amante del rock como es mi caso, es bastante fácil sacar partido de una camisa vaquera.

Lo que primero me vino a la cabeza fue forrar la parte del canesú y la parte alta de la espalda, para ello tenía que buscar una tela bonita, con algún motivo rockero, después de buscar y buscar, encontré un pañuelo de propaganda de la once, (con dibujo de cachemir), me pareció buena idea. Luego poner algo en el cuello distinto, también podía quedar bien, entonces recurrí a mis retales de patchwork, siempre tengo trozos que puedo acoplar.

En la foto de arriba, se puede ver todo el material utilizado para reciclar la camisa vaquera básica y transformarla en camisa rockabilly.

Y en estas fotos se puede ver exactamente lo que hice.

Primero saqué patrones con papel de todas las partes a forrar. Luego corté la tela, en este caso el pañuelo, que me vino bastante justo. Cuando recorto tela siempre dejo un centímetro más o menos en el borde para hacer la orilla, esto con el pañuelo me fue imposible porque había trozos que para cuadrar el dibujo y que quedase bien, me quedaba sin orilla en algunas partes. Entonces como solución, en vez de coser la orilla, lo que hice fue pegarla con la barrita de pegamento y luego trabajé mejor a la hora de coser a la camisa. Hilvané las piezas recortadas a la camisa, ya con su orilla pegada y luego le pasé un pespunte a máquina. Para poner el cuello, lo mismo. 

Todo reciclado y camisa nueva!

Termino el post, con un párrafo que he sacado de otro artículo en el cual Daniel Levitin productor musical y profesor en la Universidad McGill, de Montreal, explica:

“La música es un antidepresivo tan potente como el Prozac”

Cualquiera que haya paseado por la calle escuchando a todo trapo su canción favorita o haya puesto un disco nada más levantarse empatizará con esta corriente de pensamiento que sostiene que, efectivamente, el rock beneficia seriamente la salud.

Feliz tarde a todos.

Conchi Espejo.

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El autor

Conchi.

Apasionada por los animales, la naturaleza, los rastros y las cosas viejas que nos enseñan historias pasadas. Enamorada de la restauración, coleccionista nata y amante de todo lo que tenga que ver con la creatividad.

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