Un sueter para mi galgo

Conchi

01/02/2015

Hoy 1 de Febrero es el Día mundial del Galgo.

En realidad esta fecha no se eligió al azar: Febrero es la fecha en la que termina la temporada de caza y miles de galgos encuentran un cruel final para su corta vida.

Ya han cumplido su cometido durante la temporada de caza (Octubre/Febrero) y los cazadores y galgueros no están dispuestos a cuidar de ellos, con lo que su vida termina ahí. El año que viene encontrarán otro galgo al que explotar durante otros cuatro meses.

Hay otros galgos que corren “mejor suerte” y simplemente son abandonados en los campos. Ahora comienza la “temporada de caza” para los voluntarios y trabajadores de las protectoras animales de nuestro país, que recorrerán los cotos y campos en busca de perros heridos y abandonados para intentar darles la vida que se merecen.

Flaqui, que así la llamamos en casa es adoptada, la adoptamos ya casi con un añito y vino a casa muerta de miedo, la habían hecho padecer todo lo que habían querido y más, con rasguños por todos los sitios y con mucho pelo arrancado, debido a que la encontraron precintada, (patas delanteras y la boca). Hoy después de dos años a nosotros nos quiere con locura y a la gente que conoce, es muy agradecida, pero ese miedo lo tendrá para siempre, es una pena que la gente se comporte así. Y me parece muy bien que potencien el día mundial del galgo y sobre todo que la gente los adopte.

“Los galgos son fieles, nobles e inocentes”.

Hoy aprovechando que es el día mundial del galgo, quiero contaros el trajecito que le he hecho a Flaqui, de un suéter gastado que tenía por casa.

El suéter ha perdido el color original y ya no nos gusta, lo mejor antes de deshacerse de él, darle una utilidad a ser posible que no sea para trapos.

La flaqui es tan cariñosa que siempre estamos pensando en ella, pues nada ¡vamos a hacer un trajecito para ella!

Tiene un trajecito tipo Sherlock Holmes, que le sienta bien y le va a su medida, este me ha servido un poquito para sacar la medida de su futuro suéter tipo polo.

Una vez la silueta dibujada por delante en el suéter a reciclar, la parte de detrás me la he inventado, lo que si que he hecho, para darle más cuerpo al trajecito es forrarlo de tela de forro negra. Y ponerle varios botones en los agarres que van por bajo de su cuerpo para ajustarlos a su medida.

El trabajo siguiente ha sido el más agradecido ¡probárselo! de verdad ¡que felicidad tenía! He tenido que cambiar la forma de los tirantes, al final, van cruzados, le ajusta mejor y va más cómoda, pero bueno se lo merece, el cariño que transmite no se paga con nada.

Tengo que deciros que lo peor de todo ha sido la sesión de fotos, le tiene pánico a la cámaras y se nos escondía en su casita. Pero ha sido divertido, aunque ojalá algún día le desaparezca ese miedo que no se le va!

En algún lugar bajo la lluvia siempre habrá un perro abandonado que me impedirá ser feliz.

Jean Anouilh

Hasta el próximo post!

Conchi Espejo.

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El autor

Conchi.

Apasionada por los animales, la naturaleza, los rastros y las cosas viejas que nos enseñan historias pasadas. Enamorada de la restauración, coleccionista nata y amante de todo lo que tenga que ver con la creatividad.

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