El trastero del ático era en sus inicios la cocina, pero en la primera reforma que hicimos para ponernos a vivir, la cocina la hicimos en una habitación al lado del comedor y abrimos las estancias para tener más luz natural de la terraza. A la antigua cocina le quitamos todo el mobiliario y dimos un trozo más de espacio para el baño, ya que quedaba una habitación muy grande desaprovechada, por la cual teníamos que acceder para entrar a la galería. Así que se convirtió en una habitación pequeña, dándole uso de trastero.
En esta última restauración, los azulejos viejos de ese pequeño trastero y agujereados por todos lo sitios de las estanterías que habían. Resultaba feo la verdad! Al final de idear mil cosas y no ver ninguna factible, se me ocurrió empapelar esos azulejos de los años 70.
Compre un papel estéticamente bonito, pero la verdad bastante malo, parecía papel de periódico cuando se remojaba con la cola de empapelar, lo compre en AKI, claro el precio siempre va unido a la calidad, a mayor precio mayor calidad “se supone”. Yo lo compre por bonito, también me pareció un precio razonable, 20 euros aproximadamente el rollo, que al final me gusto tanto que tuve que volver a comprar mas, me emocione empapelando! y con las sobras hice una pared del comedor que estaba toda desconchada de pintura.
En esta foto mi marido empapelando el comedor en plena acción, un trocito que faltaba y también poniendo molduras de madera blanca en los cantos. El ático ha sido cosa mía, lo he empapelado yo, excepto cositas que él me ha ayudado.
Volviendo a los azulejos del trastero: A quien le comentaba la idea me decía, que papel sobre azulejo era imposible, no se va a pegar, tendrás que darle una imprimación antes con un líquido especial, también poner en las juntas un material para alisar la pared y que el papel se adhiera, pues nada yo fui a la mía y mal por mal podía intentarlo, empapele como una pared normal. El resultado para mi no ha podido ser mejor, es posible que de día si entra mucha luz de la galería, puede ser que se note una ligera vista de que debajo hay azulejos, pero insignificante. Parece una pequeña habitación y no un trastero.
Quedaba tan bonito que 2 muebles que tenia inservibles, los empapele también.
La galería es una estancia que no cambie, algún día si me decido la mejoraré, pero en realidad sin prisa porque esta bien y la humedad no lo permite todo.
Termino este post, con una frase muy bonita:
¡Querer es poder!
Y por mucho que alguien intente convencerte de que algo no es posible, si uno se ve capaz, lo tiene por lo menos que intentar. Podemos encontrarnos con resultados muy positivos.
Hasta el próximo post!
Conchi Espejo.