Esto de que me guste tanto reciclar, a veces me cuesta mucho decidir, si vale la pena o no. No sabía si volverme a deshacer de ella o restaurarla, al final como siempre pensando, pensando, me la quede, ahora aprovechando que estaba trabajando con la pintura blanca, la he pintado de blanco. Días atrás ya le arreglamos una pata que tenía rota y matamos con un spray un poco de carcoma, que también costó lo suyo.
En el ático donde normalmente trabajo, hay muchísima luz y el blanco le da mucha vida al entorno, haciendo más grandes los ambientes.
La idea, al ser una silla única, ponerla en un rinconcito que quede coqueta, hace días termine de reciclar la vitrina empapelada de nubes, que explique en un post anterior, pues junto a ella queda perfecta y lo que he hecho a sido lijar la madera mucho en ciertas zonas y untar la de cera color nogal, para que quede a consonancia con la vitrina. Por último el tapizado, un pantalón vaquero sucio de pintura.
Para tapizar la silla, he desmontado el asiento, por cierto ha sido bastante entretenido, las grapas estaban tan viejas y oxidadas que al sacarlas con alicates se han partido muchas, al final he podido quitar todo el skay de encima, he limpiado el marco de madera, he arreglado las tiras de caucho que algunas estaban sueltas y sobre todo he lavado la esponja que estaba super sucia. ( La esponja la he puesto en agua caliente con percarbonato y jabón quita grasa, la he dejado un buen rato en remojo, hasta que a vuelto a su color)
Una vez todo limpio y en su sitio, con la grapadora que siempre utilizo para tapizar he grapado el vaquero, centrándolo bien a la base de madera, para que se viesen los bolsillos centrados y a la parte de arriba de la cintura he cosido un trozo más de tela vaquera, para poder doblar y grapar. Con un retal de tela que tenía he aseado la parte de bajo del asiento, tapando las tiras y así queda mucho más limpio el trabajo.
En la primera foto de estas tres últimas, se aprecian unos corazones de tela vaquera superpuestos, estos tienen la función de tapar las manchitas de pintura, simplemente los he recortado y deshilachado un poco, para que queden mas graciosos.
La silla la he terminado poniendo el asiento al armazón de madera y apretando unos tornillos, que hacen que el asiento quede bien sujeto.
Me gusta como ha quedado, tengo una silla diferente y sobre todo ha sido poca la inversión.
Si quieres vivir una vida feliz. átala a una meta, no a una persona o a un objeto.
Albert Einstein
Viernes y con dos días de fiesta, feliz puente a todos y hasta el próximo post!
Conchi.